Cardenal José Clemente Maurer

José Clemente Maurer Clements, nació en Alemania en el poblado de El Sarré en el estado de Puttlingen, el 13 de marzo de 1900 en una familia modesta de mineros, sus padres fueron Pedro Maurer y Ángela Clements, sus hermanos fueron Meter y Susana. Sus medios hermanos eran Johann, Catarina y Meter que fueron  los mayores, se bautizó el 18 de marzo en el templo parroquial de San Miguel.

A los 7 años fue a la escuela pública del propio barrio de Benguese. Enfermó una nefritis aguda por lo cual casi pierde la vida, sus padres ofrecieron a Dios el sacrificio, que si viviría le entregarían al Señor.

En su vida quería ser maestro de escuela, pero cuando supo de la vida del Papa estaba m{as encumbrado que el maestro entonces quiso ser Papa de Roma, en la navidad de 1909 tomó la determinación de ingresar como hermano en los redentoristas. El domingo 14 de abril de 1912 hizo su primera comunión juntamente con 500 compañeros, día que más tarde recordará como el día lleno de la más pura felicidad infantil.

El 12 de septiembre partió del seno materno recibiendo la bendición de sus padres, viajando a Suiza a comenzar una nueva etapa en su vida.

En 1919, al terminar la primera guerra mundial, José se recibió como bachiller, salía del juvenado y tenía la firmeza de entrar en el noviciado.

El 24 de Agosto de 1924 quedó confirmada y aprobada su vocación perpetua quedando marcada la fecha del 19 de septiembre de 1925 para su solemne ordenación sacerdotal.

Su llegada a Bolivia ya como sacerdote fue a la localidad de Tupiza el año 1926 nombrado en diferentes épocas para trabajar en La Paz o en Tupiza, nuevamente años m{as tarde  fue nombrado Obispo de la ciudad de La Paz, 1950.

En 1951 hasta 1983 es nombrado Arzobispo de Sucre y desde ese momento su trabajo ha sido incansable por toda su arquidiócesis.

En 1967 es nombrado Cardenal primado de Bolivia por el PAPA Pablo VI, en 1988 recibió en Sucre la visita del Papa Juan Pablo II.

Según cuentan los que lo conocieron, más allá de sus características morales y espirituales que, en profundo fue un cúmulo de todo positivo  que un ser humano pueda tener. Físicamente era un hombre de una estatura alta, tez blanca y de ojos tan claros como el cielo abierto, su presencia carismática irradiaba una energía positiva, donde quiera se encontraba saludaba con afecto a quien se le acercaba y tendía  suavemente su blanca mano izquierda con mucha delicadeza para permitir que sea besada. Fue tan sencillo, tan simple que caminaba por las calles de la ciudad que lo acogió, lo quiso y lo respetó como un ciudadano más.

La obra de José Clemente Cardenal Maurer fue basta, centró  su tarea beneficiando sobre todo a los  pobres y necesitados, construyó muchas viviendas para familias numerosas.

En marzo de 1976 pide al Ministro de Educación interceder para que el establecimiento (Colegio Alemán) no cierre sus puertas y siga sirviendo a la educación de nuestra Capital solicitud que fue aceptada gracias a los informes de la anterior administración (docentes alemanes). Pasando desde entonces a ser administrado por el Arzobispado de Sucre como establecimiento particular.

Antes de morir expresó su especial afecto y gratitud a los buenos hermanos de la Sagrada Familia ya que lo habían atendido durante tantos años, siendo verdaderas madres para él y que fueron un regalo de Dios.

Asimismo manifestó indicando que no podía morir sin dirigir una palabra de Dios a toda esa amada nación Boliviana cuyo primer Cardenal fue él, señalando con sinceridad que había amado Bolivia como lo aman sus mejores amigos y que nunca se arrepintió haber venido a nuestra Patria porque muchos bolivianos le dispensaron su amistad y su aprecio.

Muere a la madrugada del 27 de junio de 1990 a hrs. 06:15.

Gracias Excelentísimo Cardenal José Clemente Maurer, por dotarnos este nuestro querido colegio, la Dirección, Personal Docente, Administrativo y Alumnos del Colegio nos sentimos alagados y honrados de llevar el nombre de este gran hombre.